Decoración

Una cueva integrada en el terreno

‘Tiny house’ en la costa.

Encargo

Crear una casita de playa en un terreno donde no se quería construir para ser respetuosos con el entorno.

Solución

Empezamos por observar el terreno y su tendencia natural. Las dos paredes de piedra autóctona ya levantadas nos dieron el punto de partida y decidimos aprovechar el desnivel para colaborar con el paisaje. A partir de esta decisión pusimos en marcha la creatividad para que la casita fuera lo menos invasiva posible, es decir que nuestra intervención fuera mínima. La solución fue crear un techo con una gran losa de hormigón, del suficiente grosor para perforar con varios lucernarios. Éstos canalizan la luz natural de forma directa sobre el espacio, creando juegos de luz efímeros durante el día y dejando ver las estrellas por la noche. 
Recurrimos a la cantera local para crear un suelo contínuo entre el interior y el jardín con zona de barbacoa y la alberca, que aparece imperfectamente recortada como si un lago emanara de la tierra.
Todos las necesidades básicas de la casa como el servicio, los electrodomésticos y la televisión están integradas con mobiliario diseñado a medida con madera maciza. Al ser una zona costera, toda la decoración es de exterior, como las sillas de cuerda trenzada y las hamacas de Expormim, la gran mesa extensible de Kettal y las lámparas de Bover. En todo el conjunto predomina la gama de grises que van del color piedra al neolith que imita el hierro y, sobre todo, la gran cubierta de hormigón.