Mi viaje a Copenhague
En este último viaje a Copenague he vuelto a deleitarme con la contundencia de lo bien hecho sin ostentaciones. El buen diseño, el buen hacer, la buena vida en definitiva, tal y como yo la entiendo. Una escapada al país danés siempre es buen ejemplo de lo que para mí significa el verdadero lujo, la calidad de los espacios, la comodidad realmente confortable, el diseño exquisito y las cosas bien hechas sin ápice de ostentación.
Lujo es alojarse en el Hotel 71 Nyhavn, situado en el corazón de Copenhague, junto al animado paseo marítimo del Canal Nyhavn. La sofisticación a la danesa es esto: habitaciones equipadas elegantemente y al detalle en un lugar lleno de historia, que es a la vez un remanso de paz y tranquilidad. La colección de arte del hotel se basa en el movimiento europeo de vanguardia COBRA, que se formó en 1948 en París. Los 6 artistas que proclamaron distanciarse del manifiesto surrealista coetáneo y firmaron la declaración COBRA fueron Christian Dotremont, Joseph Noiret, Asger Jorn, Karel Appel, Constant y Corneille. El movimiento COBRA ha jugado un papel importante en el arte moderno, y en los últimos tiempos los nuevos artistas daneses han seguido creando obras únicas. Parte de su trabajo llegó al 71 Nyhavn Hotel y se puede ver en el restaurante y el lobby del hotel.
Lujo también es comer en el restaurante 108: un lugar acogedor, de estética industrial contundente, que respeta la arquitectura base y juega con la iluminación sin comprometer un carácter acogedor y sencillo, ni por supuesto la calidad de la oferta gastronómica. No son para menos sus dos estrellas Michelin. Porque no deberíamos confundir ambiente casual con informalidad y en el Sur estaría bien que empezarámos a tomar nota de ello. El 108 empezó siendo heredero del antiguo almacén portuario que normalmente alberga al Noma, coronado varias veces mejor restaurante del mundo y uno de los templos de la cocina moderna. Su nombre hace referencia a la dirección de su emplazamiento ya definitivo, cerca del barrio libre de Copenhague, Christiania. Este antiguo almacén donde se trataba la carne de ballena destaca por sus altísimas ventanas y sus vistas. La cocina parcialmente a la vista y el cemento pulido dan al local un aire muy actual. El chef, Kristian Baumann, que ha trabajado en el Noma y al que le gusta utilizar materias primas fermentadas, en salmuera y ahumadas, propone un menú “sin reglas”.
Y lujo es definitivamente visitar el Museo Louisiana de Arte Moderno, el más bonito del mundo en mi opinión. Situado en la costa norte de la isla de Zelanda, cerca de la ciudad, en lo que antes era un parque, combina las muestras de arte moderno con la arquitectura del museo y el paisaje alrededor, con esculturas al aire libre, y una situación estratégica junto a la costa, desde donde puede verse Suecia al otro lado. El nombre del museo es herencia del primer propietario, Alexander Brun, que nombró a la villa en honor a sus tres esposas, todas llamadas Louise. En 1958, su actual propietario, Knud W. Jensen, encargó a los arquitectos Vilhelm Wohlert y Jørgen Bo la nueva construcción y para ello destinaron varios meses a pasear por el terreno para decidir cómo construir ajustándose mejor al paisaje. Y vaya si lo consiguieron: tres edificios conectados por pasillos de vidrio son el centro base que se ha ampliado varias veces hasta alcanzar su actual forma circular en 1991. Un recorrido a través de los árboles y el paisaje mientras se disfrutan de las obras expuestas hace las delicias de los amantes del arte y el espacio, considerado como una obra de arquitectura total, poniendo en relación continente y contenido de una manera totalmente armónica.
El arte contemporáneo en Baleares
Por motivos profesionales o puramente personales, viajo a menudo a las Islas Baleares. En estos grandes tesoros del Mediterráneo encuentro lugares con personalidad propia, que diferencian a las islas entre sí. Y al margen de su gran valor natural y paisajístico, cada una de ellas ofrece una ventana a tradiciones de enorme interés antropológico pero también a la creación contemporánea. Grandes personalidades y artistas han encontrado en Baleares su refugio para el arte y me fascina descubrirlos.
Ibiza no sería tal cual es sin el precioso Espacio Micus, la casa museo que el artista alemán Eduard Micus construyó, él mismo, como manifiesto íntimo sobre los volúmenes, el espacio y la luz. En la carretera entre Jesus y Cala Llonga, un pequeño camino conduce al santuario de la sobria contemporaneidad y el buen gusto en Ibiza: un lugar privilegiado y aún desconocido para muchos. Su arquitectura anfitriona abre las puertas a otros artistas mientras la presencia de su creador no deja de ser protagonista. La familia Micus se instaló en Ibiza a principio de los años setenta respondiendo a los ecos de que la isla despuntaba como lugar de creación y de libertades artísticas. Fueron los propios contrastes de la isla que dibujaron el campo de pruebas del lenguaje expresivo del pintor, lleno de matices blancos, tierras y negros; sin límites espaciales; y de un interés artístico centrado en lo multidisciplinar. La obra pictórica se mezclaba con performance y poesía, con la música de su hijo Stephan, el collage, la escultura… durante 30 años fue un laboratorio dedicado a la creación. Hoy es un lugar de visita obligada para los amantes de las cosas bien hechas, con pensamiento y corazón.
En Mallorca no me canso de visitar la Fundación Miró. Si como bien aseveraba el gran artista “el contacto directo con el lugar donde la obra eclosionó es fundamental para su comprensión”, visitar Miró Mallorca es obligado para los amantes de su trabajo. El conjunto arquitectónico cuenta con tres edificios singulares a cada cual más genuino: el taller Sert diseñado por su amigo y arquitecto Josep Lluís Sert y construido en 1956; Son Boter, una casa mallorquina de la segunda mitad del siglo XVIII que el artista utilizó como segundo estudio de pintura y escultura; y el edificio Moneo, sede de la fundación, diseñado por Rafael Moneo en 1992. La colección que tiene su origen en el generoso legado del artista está formada por pintura, escultura, dibujo, objetos y obra gráfica, así como por un rico fondo documental y una parte de su biblioteca personal. Un espacio donde perderse e inspirarse con absoluta devoción.
Menorca no podía faltar en esta lista. Y es que la más oriental de las Baleares custodia parte de mi vida y de mi historia familiar. Ahora que vuelvo de pasar allí unos días de vacaciones, pienso en el efecto llamada de algunas grandes galerías que van a situar a la isla en el mapa internacional del arte contemporáneo en un futuro próximo. Los planes de los internacionales Hauser&Wirth en la isla del Rey que tanto revuelo causaron y plantean galería y programa complementario de actividades culturales, educativas y artísticas, se han ampliado con el proyecto de expansión de la galería nacional Cayón, que ya cuenta con dos espacios en Madrid y otro en Manila, para desarrollar su actividad en el antiguo cine Victoria de Maó. Recién inaugurada este verano la exposición de Fred Sandback, merece visita para descubrir cómo el poder minimalista de la línea se ha apoderado de la antigua sala de proyección, consiguiendo la representación del vacío, inspirado sobre todo por el arte musical. Hay tiempo de visitarla hasta septiembre.
Exposición en Madrid: Olafur Eliasson
En mi último viaje a Madrid, visité una exposición en la galería de Elvira González para profundizar en una artista que había descubierto en ARCO: Olafur Eliasson. Su trabajo me interesó especialmente por lo que conceptualmente tiene que ver con el mío: el tratamiento de la luz y su estudio para medir hasta dónde la fuente y el movimiento cambian nuestra manera de percibir objetos o espacios, y nuestra interacción con ellos. Eliasson utiliza círculos, colores primarios y espejos en sus instalaciones experimentales para que nos demos cuenta de esa incertidumbre del espacio y la relatividad de la realidad. En sus propias palabras, la exposición “nos ofrece una visión de nosotros mismos desde fuera y verse a uno mismo de esta manera implica verse siempre como parte del mundo.” Por eso saber que estamos inmersos en un espacio marca la diferencia y nos hace conscientes de la responsabilidad perceptiva, dotándonos además de la posibilidad de cambiarla. Exposición hasta el 14 de abril.
Showroom De Padova en Milán
- En octubre 20, 2017
- En Escapadas, Marcas, Mobiliario
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Fundada en 1950, la firma de mobiliario De Padova se convirtió en la primera empresa en introducir en Italia el diseño del norte de Europa. Desde entonces ha estado a la vanguardia del mobiliario contemporáneo, con inspiración de los grandes clásicos del diseño, combinando artesanía, investigación e innovación. En los 60, adquirieron las licencias de Charles Eames y George Nelson para producir y distribuir sus diseños en Italia y la firma empezó a especializarse en mobiliario de oficina. Después de ocupar desde entonces un amplio showroom en la calle Corso Venezia de Milán, hace dos años y fruto de su matrimonio con la casa de cocinas Boffi, se trasladaron a este nuevo y precioso espacio, situado en Via Santa Cecilia y diseñado por Piero Lissoni.
Piero Lissoni: un creador global
Entre mis referentes contemporáneos, hoy me fijo en el trabajo de Piero Lissoni, cuyo estilo coincide bastante con el mío y que además me interesa especialmente desde un punto de vista multidisciplinar. El italiano es uno de los pocos que practica la arquitectura, el interiorismo, el diseño de objeto y mobiliario y la dirección de arte para marcas de primera línea. En mi último viaje a Milán, tuve la oportunidad de visitar su estudio, fundado en 1986 junto a Nicoletta Canesi ya con la idea de combinar disciplinas, hasta el punto que diez años más tarde ampliaron su trabajo a la comunicación visual, la identidad de marca, la publicidad, o la edición y que hoy es responsable de la imagen del Festival de cine o la Bienal de Venecia.
A nivel arquitectónico es bonito ver cómo Lissoni y su equipo internacional han conseguido crear un universo de proyectos que incluye la creación de villas privadas, edificios residenciales, oficinas, fábricas, teatros, restaurantes, hoteles e incluso barcos. Entre ellos, mi preferido es el Hotel Conservatorium de Amsterdam, que abrió sus puertas en 2012 en el distrito museístico de la ciudad convirtiendo un edificio del siglo XIX diseñado por el arquitecto holandés Daniel Knuttel. El hotel cuenta con 129 habitaciones de lujo, espacios comunes de encuentro, un centro balneario, restaurantes y bares de distintos ambientes. El atrio construido a máxima altura se funde con el exterior original de piedra mientras una escalera de acero corten y múltiples pasadizos acentúan el ambiente monacal con ventanas arqueadas y portales conservados del edificio orginal. El interior se resolvió con elementos antiguos que evocan su pasado musical.
Hoteles bonitos de Londres
- En septiembre 29, 2017
- En Escapadas, Hoteles, Resaturantes
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Aunque la mayor parte de mi trabajo se ha centrado en los proyectos residenciales, siempre he querido hacer un hotel. Mientras llega el momento me dejo inspirar por estos espacios en mis viajes y también en mi ciudad, Barcelona. En la última escapada a Londres visité algunos por recomendación y otros por pálpito.
En el corazón del Soho encuentro Dean Street Townhouse, una “casa adosada” que ocupa los números 69 y 70 de la calle homónima. Construida entre 1732 y 1735 por el carpintero John Meard al puro estilo georgiano, fue hogar de aristócratas residentes en los campos del Soho, zona que se convirtió gradualmente en un centro cosmopolita con gran atracción para escultores, arquitectos y artistas, incluido entre ellos William Hogarth.
Posteriormente en los años 20 fue lugar de encuentro de políticos e intelectuales, en los 50 un lugar de culto al alcohol frecuentado por artistas como Francis Bacon y Lucian Freud, y a finales de los 70 vivió un nuevo hurra con algunos de las estrellas de la música de nueva generación británica. En 2008, Soho House se hizo con los edificios y reabrió en forma de Dean Street Townhouse al año siguiente. Un lugar al más puro estilo inglés, que también ofrece una selección de su mobiliario y textiles a la venta para colección de sus huéspedes e invitados.
El hotel 5 estrellas 41 es el ejemplo perfecto de hotel boutique, que hace las veces de retiro íntimo, escondido y elegante, o lo que sus empleados llaman “su verdadera casa lejos de casa”. Situado junto a las Caballerizas Reales de Buckingham Palace y a pocos minutos de Victoria Station, el trato y cuidado al detalle son exquisitos. No en vano ha recibido la mención al mejor servicio en 2017 por la página Trip Advisor.
Siguiendo la experiencia de hoteles de lujo en la capital inglesa, visité el Chiltern Firehouse, una antigua estación de bomberos en Marylebone. Sus interiores son atemporales, un “hotel íntegro y profundo” como reseña The Telegraph, que te da la sensación de encontrarte en tu propio espacio personal. El estilo gótico victoriano del edificio se ha transformado en un punto exhuberante con techos altos, lámparas colgantes, grandes espejos y una especial atención a la vegetación. Reconocido por su restaurante, la cocina abierta se centra en la calidad y temporalidad de sus ingredientes con leve acento americano. Nuno Mendes, condecorado con estrella Michelin, lleva a la mesa un combinado de cocina europea y estadounidense para crear un menú de clásicos reinventados y salpicados de nuevos sabores.
Esta relación de hoteles en Londres acaba con el Rosewood, situado cerca de Covent Garden. Este gran hotel destaca también haciendo gala de la decoración más lujosa, que encarna el espíritu de la elegancia atemporal, en un entorno acogedor y tranquilo. Ubicado en una mansión restaurada de estilo eduardiano a la que se accede a través de una calzada y un patio, sus habitaciones y suites combinan elementos originales de la Belle Époque con diseños modernos.
La sensible sencillez de Michael Anastassiades
- En septiembre 20, 2017
- En Escapadas, Illuminación, Marcas
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En mi último viaje a Londres tuve la oportunidad de visitar el estudio de Michael Anastassiades, uno de mis diseñadores de iluminaria preferidos. Lo que más me atrae de su trabajo es la dimensión del lujo poco aparente, basado en el trabajo bien hecho, en los valores de belleza, sensibilidad y sencillez. La magia de sus lámparas parece estar en ese delicado equilibrio entre la discreción y la excelencia, huyendo de las estrategias de seducción pero atrapando la atención de quienes aprecian la sutileza de la maestría frente al efectismo evidente. Su espacio de trabajo y él mismo personalmente siguen la misma línea de sencillez y discreción; como su serie de Chandelier que llama especialmente mi atención, o algunas de las novedades IC Lights para Flos. Una referencia absolutamente inspiradora.
Giacometti en la Tate, más allá de sus figuras alargadas
Estos días en Londres he podido visitar la mayor exposición retrospectiva del artista suizo y que acoge la Tate Modern. Más de 250 obras en ese lugar en cuyos bajos Alberto Giacometti instaló provisionalmente su estudio un año antes de morir en 1966, y de inaugurar la exposición que sirvió de despedida. Conocido fundamentalmente por sus esculturas de figuras alargadas, fruto de una larga experimentación alrededor de la anatomía humana, Giacometti logró algo así como sintetizar al ser humano; pero antes de llegar a ese lugar tan característico y reconocible transitó casi todas las escuelas del siglo XX.
Ahora vuelve a orillas del Támises bajo un prisma nuevo, una recopilación desde sus pinturas iniciales a esculturas cubistas y surrealistas, donde se ven sus influencias de Picasso, Brancusi o el arte africano. Algo que invariablemente es característico de Giacometti durante toda su vida es su pasión por el rostro y la figura humana. De la cara, ponía especial énfasis en los ojos, a los que atribuía la grandeza de la expresión, por ser de un material brillante y distinto al resto del rostro. Algo que en esta muestra se hace palpable en estilos y materiales muy diversos.
Un hotel en Lima que también es galería de arte
- En agosto 28, 2017
- En El Arte de vivir, Escapadas, Hoteles
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En mi pasado viaje a Perú durante el mes de julio, descubrí una Lima cautivadora. Una ciudad que construye su presente y futuro con apertura y determinación. Tuve la suerte de alojarme en el Hotel B, el primer boutique hotel de arte en la ciudad que funciona desde 2013. Obra del arquitecto David Mutal, está localizado en el distrito de Barranco, la zona más vibrante de Lima que hoy acoge a numerosos artistas, diseñadores, músicos, fotógrafos… El hotel está en el corazón de este barrio bohemio, una zona protegida llena de casas históricas, y donde últimamente han proliferado las boutiques, restaurantes, numerosas galerías y museos. El Hotel B, con 17 suites y un restaurante, hace también las veces de galería de arte en el edificio contiguo y es un lugar de lujo donde alojarse en la capital peruana.
Lecturas de verano
Ahora que empieza agosto y llega el merecido descanso hago repaso por algunas lecturas interesantes para acompañar los días de verano. Siempre es un placer releer a Philippe Claudel, y en este caso su novela La nieta del señor Linh, un libro cortito que es una joya por su sensibilidad y belleza narrativa. Huyendo de la guerra que ha destrozado su aldea y su familia, el señor Linh arriba tras un penoso viaje en barco al país que podría ser Francia, donde no conoce a nadie y cuya lengua ignora. Sólo le queda a su nieta, un bebé tranquilo que duerme cuando él tararea la nana que han cantado durante generaciones las mujeres de la familia. El encuentro con el señor Bark, un hombre afable que ha enviudado recientemente, llena de afecto su nueva vida a pesar de las diferencias de lenguaje.
Los ojos del hermano eterno de Stefan Zweig es también un libro breve pero profundo. Se trata de un título curioso en la obra de Zweig, escrito como una leyenda oriental en tiempos anteriores a Buda. Virata, hombre justo y virtuoso, decide experimentar voluntariamente en primera persona las condenas reservadas a los asesinos más sanguinarios. Tras la experiencia descubre el valor absoluto de la vida y reconoce en el hermano eterno la imposibilidad propia de todo enjuiciamiento. Además, esta época es idónea para repasar Vivir con plenitud las crisis, un oportuno ensayo sobre importantes reflexiones de vida que nos hace ver con otros ojos los estragos del estrés, y sobre todo abordarlos desde una actitud sanadora y consciente para restablecer el equilibrio corporal y mental. Por último, me llevo en la maleta La amiga estupenda, título que inaugura la saga de Elena Ferrante con escenario en el Nápoles de los años 50. La fascinante relación entre Lenù y Lila, dos jóvenes amigas de la infancia, contada retrospectivamente por una de ellas al final de su vida, se convierte en un viaje por la profundidad de las emociones femeninas. Feliz verano y felices lecturas.